sábado, 25 de junio de 2011

LAS PANTUFLAS AZULES

LAS PANTUFLAS AZULES

Ana, acomodó, una vez más dentro de su bolso, el paquete con las pantuflas azules que esa misma mañana había comprado. Una leve sonrisa acaricio su rostro. Levantó apenas una mirada furtiva por sobre el tabique de su escritorio, para confirmar que él la estaba mirando, y era así. Se le hacía difícil, de un tiempo a esta parte, evitarle el a solas. Y no es que sufriera de su parte algo parecido a un acoso. No. No era nada de eso, solamente galantes proposiciones de alguien que se mostraba extremadamente interesado en ella.

La jornada laboral llegó a su fin con sus clásicos clic de apagando computadoras, el arrastrar de sillones, cajones que se cierran y urgidos pasos hollando los cuchicheos en un desfile atropellado hacia los pasillos que conducían al ascensor. Esperaba el siguiente, cuando supo que él estaba a su lado. Antes de que le hablara, había reconocido la fragancia de su colonia.
Ana, lo miró de costado y lo saludo cordialmente -¡Hola!-

Él, mirándola de frente, con una amplia sonrisa en sus labios, Dijo: -¡Hoy no te me escapas!...Me debes el compartir un café. Llevo semanas invitándote. Serías descortés si me lo negaras hoy también.-

Inquieta, Ana contestó: -Bueno, está bien. Pero unos minutos, no más…-

El ascensor, en planta baja, les abrió la puerta. Cruzaron el hall y ganaron la calle. Al otro lado nomás la cafetería.

Sentados en la mesa, él, atraía la mirada de las mujeres allí presentes. Joven, apuesto, vistiendo su traje con la inusual elegancia que ella, hace tiempo, había notado. Adornaba su hablar con un movimiento suave en sus brazos que hacían a sus gestos atractivos y varoniles.

-Es una locura lo que estoy viviendo… No puedo seguir así… ¿Porque me sigues rechazando?
 – El ceño fruncido acompañaba sus palabras.

-Tú sabes que no es rechazo. – Dijo ella.- Rechazo es un sentimiento que tú jamás me despertarías. Simplemente trato que comprendas que lo nuestro no puede ser.- Terminó con voz temblorosa y afectada.

-Te mereces una vida mejor- Le dijo él, mirándola profundo en los ojos. -Si tan siquiera hicieras el esfuerzo de imaginarte una vida conmigo…-

Como mujer esto la hacía sentirse muy halagada. Con un calorcito dentro del pecho. Pero… ¿Cómo decirle…? ¿Cómo decirle que lo que él deseaba no podía ser? Acaso, cuando sobrevino lo del accidente y sus compañeros de trabajo reunían dinero para ayudarla, No fue él quien retiró gran parte de sus ahorros del banco para entregárselos en un sobre como préstamo desinteresado y a devolver como pudiera. Acaso no fue él quien la llevara en su automóvil, incansables veces, al hospital, en los días de ese Agosto que acompañó, esa larga convalecencia, recubriendo con láminas de estaño el azul que habitaba en los cielos y todo el color que tenía en su vida  ¿Cómo decirle…?

La voz de él se fue convirtiendo en un eco cavernoso. De a poco se volatilizaba junto a la tenue espiral que, desde la taza del café, ascendía perdiéndose en el aire, hasta casi no escucharla. Ana, revolvió lentamente el líquido oscuro como buscando en su misterio las respuestas que ella misma necesitaba. ¡Cómo había cambiado su vida desde el accidente! ¿Imaginar? ¡Claro que podía imaginar! Cuan distinta podría ser su vida si el “si” que él le reclamaba, fuera una opción dentro de su corazón.

Con un leve temblor de sus manos Ana, acomodaba, los terrones de azúcar, que tomaba de la azucarera, unos sobre otros, en un improvisado armado de Lego sobre la mesa. Ensimismada entre tantos pensamientos encontrados. Notó, de pronto, que él la miraba interrogando en silencio, totalmente advertido de su falta de atención.

Nerviosa, hurgó por debajo de la mesa, en su bolso, hasta encontrar el paquete con las pantuflas que estrujó fuertemente en sus manos, buscando la fuerza que necesitaba y, mirándolo a los ojos, hizo uso de las palabras que la parecieron menos dolientes y más sinceras posibles.

-No voy a argumentar el porqué… Cualquier porque que te pusiera delante te lastimaría, sin que tú te lo merezcas, y nada esta mas lejos de mi intención, que lastimarte. Quiero para nuestra relación, ni más ni menos que, lo que es, una buena camaradería entre dos compañeros de trabajo y la unión de dos personas cuyos destinos se han escrito por separado. Pero que tuvieron la suerte de encontrarse, igualmente, en esta vida para crear y compartir una excelente y sana amistad. Eso y nada más… Otra cosa no puede, ni podrá ser. –
Se despidieron en la puerta de la cafetería. Besos, mejillas y un… ¡Hasta mañana! Seco y enronquecido por la gravedad.

Ana entró en su departamento y estaba dejando las llaves sobre una mesa, cuando escuchó que le hablaban

-Ana ¿Eres tú? –

-Si ya llegué- Fue a su encuentro y arrodillándose delante… rompió el papel que envolvía las pantuflas y se las mostró. -¿Te gustan?-

-Azules… si, me gusta el color.

Ana tomo suavemente, cada uno de sus pies, les calzo las pantuflas y los volvió a colocar sobre el pedalín de la silla de ruedas. Luego se puso de pie y sonriendo dejó un cariñoso beso en la frente de su marido.

-¿Todavía me quieres?- Preguntó él.

-Sí, Amor. ¡Claro que sí!-


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16 comentarios:

  1. Me quedo petrificada, me parecia que eran el uno para el otro, "dos personas cuyos destinos se han escrito por separado. Pero que tuvieron la suerte de encontrarse", ahora lo entiendo, aunque por el primero , no se creo que lo viviria, porque aun equivocandome, vivir el amor es algo que nadie te puede quitar, y es evitende que es correpondido. Un fuerte abrazo amigo mio

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  2. Dani :Amores fieles como este son los que realmente sirven como siempre tu relato espectacular un fuerte abrazo

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  3. Solo de interés. Querida amiga: Déjame felicitarte por tu agudeza en analizar la encrucijada de Ana. Apenas deje que se viera entre renglones que ella podía imaginarse una vida mejor vida con él, Aun así decide seguir con su marido. Le entrego al lector el debate de si lo hace por amor, lealtad o simplemente compasión. Coincido contigo en que hay que elegir el amor, Aunque alguien siempre debe sufrir por eso. Abracito de Oso

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  4. Gracias Melina: No me sorprende que tu lectura de la historia de como resultado que Ana hizo bien en quedarse con su marido, Te conozco bien y sé como pensás. Pero queda abierta la discusión de este tema. Hay quien piensa distinto. Un abrazo

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  5. ¡Ay, amigo, para qué juzgar!. Somos jueces tan incompletos. La conciencia de cada uno al final juzgará mejor, aunque se equivoque, porque la corte suprema no está entre los humanos... Somos juguetes y sombras de nosotros mismos. Yo prefiero esperar un poco más de evolución, antes del veredicto.

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  6. Rodrigo: Aunque hace poco que iniciamos amistad, me alcanza para advertir que eres de esas personas que dejan huellas con sus palabras, (Razón de más para seguirte en tu blog). Te diré que asumo pertenecer al grupo de los que inquieren, juzgan y perdonan, y eso me hace equivocarme muchas veces.(Mira mi perfil "inquisidor de muchas cuestiones")Por eso deje abierto el tema sobre Ana, aclarando que yo apuesto por el amor. Un abrazo amigo.

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  7. La historia la conozco muy bien, capaz fue amor, capaz... pero lo que si fue es lo correcto para la conciencia humana aunque quizá no para la felicidad propia de Ana, en fin es duro siquiera ponerse en ese lugar. Yo creo, como lo sabes muy bien, en el "amor"( y el amor y la conciencia no van de la mano) Besos y como siempre te felicito como lo relatas!!!

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  8. Natidai: (El amor y la conciencia no van de la mano)Excelente frase la tuya para resumir el dilema de Ana. La tomo como propia ya que pienso igualUn beso grande, grande.

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  9. Gracias Papá, te admiro y te quiero, abrazo fuerte!!!

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  10. hola Daniel,
    hermosísima historia, una mujer fiel hasta la médula, consciente de su destino y que ama a su esposo a pesar del destino que lleva con él. Me ha gustado mucho tu historia. Linda, linda, linda.

    Un abrazo^^

    Dani, me despido de ti porque recibo con el feedburner tus posts. Me encanta esto del feedburner, es maravilloso, recibir por email los posts de los amigos. Lamentablemente no todos los amigos se deciden por esta maravillosa alternativa. Si tengo tiempo y puedo visitar un internet-café, te visitaré. Pero si no logro hacerlo, me tendrás como fiel lectora de tus maravillosas historias en Agosto. diviértete tu también y no te olvides de mi.^^

    un fuerte abrazo^^

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  11. hola Daniel,
    ya me parecía que había comentado este post tuyo. Pero parece que no te llegó mu comentario.
    Me encantó la fidelidad que reflejas en la historia cuando ella , a pesar de todas las seducciones y a las que se vió sometida, que vuelve a su marido, se queda son su esposo.
    como se dice : en las malas y en las buenas, hasta que la muerte los separe.
    Es una historia muy de la vida real. Me encantó.

    un abrazo crinoso^^

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  12. Hola Rebeecca:Una vez más gracias por seguirme en estas historias. Todas juntas formaran un blog aparte "corazones de colores" Es un homenaje a la mujer y esa forma misteriosa y apasionada que tiene de amar. Mas tarde publico (hoy sabado)la nueva historia. Un abracito de oso

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  13. Hola dani:que historia fuerte y con diferentes puntos de vista.yo soy la que piensa a la antigua.hasta que la muerte nos separe seguiria al lado de mi marido.amandolo como el primer día un beso.

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  14. Hola Romina: bienvenida de nuevo. Si. creo que es lo más correcto seguir con su vida sin pensar en como sería su otra vida. Rara vez la razón concuerda con el corazón. Otro abracito para vos

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  15. El verdadero amor es para toda la vida y se funda en realidades, y su realidad era con su esposo a pesar de sus circunstancias y no en ilusiones. O ¿ no es cierto que hay mas felicidad en dar que en recibir?.
    Es la primera vez que entro y es bueno tu relato felicidades y sigue adelante.
    TONY

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  16. Tony:

    Tienes razón en lo que dices de que hay más amor en dar que recibir.

    Gracias por tu visita

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