Hola de nuevo siguiendo con la iniciativa de contar historias que ustedes me acerquen para relatar hoy le toca el turno a Marta Sin Más del blog "Y sin embargo sigo soñando"
Espero les guste...
Nota: Para quienes quieran acercar una historia les dejo mi correo
nidaeldore@hotmail.com
SOLITARIOS ANDENES
Hace ya un tiempo leí una reflexión sobre la vida que considero valiosa insertar en esta historia, la misma decía que: “La vida es como un viaje en tren. Con estaciones y muchos cambios de vías, algunos accidentes, en algunos casos sorpresas agradables, y profundas tristezas en otros. Subimos a nuestro tren y encontramos a nuestros padres y familia. Amigos y conocidos subirán más adelante en las distintas estaciones. Pero no todos hacen completo nuestro viaje, unos bajan antes y otros después. Muchos al bajar dejan fuertes e imborrables momentos, algunos otros pasan por allí de tal manera que cuando desocupan sus asientos nadie percibe sus ausencias. Este viaje está lleno de sueños, fantasías, amores, llegadas y partidas y tiene una sola dirección es un viaje de ida”.
Marta, Sentada en su asiento recreaba sus momentos vividos en una sucesión de imágenes proyectada por los recuerdos en la pantalla de su memoria. En un conjugado se le mostraban: Su niñez, el colegio, su juventud, la felicidad que le trajeron sus hijos, el final de su desgastado matrimonio y luego, como si se hubiera cortado la película y esta saltase dentro de su carrete, solo veía una sobre posición constante de cuadros vacios y en soledad. Así se sentía: Sola.
Un día para alegrarse un poco las horas, sentada frente a su computadora, comenzó a chatear. Conoció, así, mucha gente linda que llego con nuevos pinceles para pintarle sonrisas en su cara. Y de apoco, recordó lo que era reír y nuevamente soñar. Porque aparte de lo amigos virtuales y reales que cosechaba, lo había conocido a él:
En una quedada organizada en Barcelona quien se sentaba enfrente suyo le entabló una amable conversación haciéndole olvidar de las otras treinta personas que compartían ese encuentro. Más tarde bailaron e intercambiaron teléfonos y e-mail. Desde el día siguiente, en más, solo existiría el Messenger en la vida de Marta. Dando comienzo a un enamoramiento que, poco a poco, creció con un apetito tan voraz que luego de consumirse las horas libres del día, en la computadora, iba por las de las noches también.
Un fin de semana al atender su móvil escucho su voz que le decía:
-Me he comprado una moto y quiero mostrártela. Dime dónde vives... Estoy aquí en Andorra.
-Dime dónde está tú y en diez minutos estoy ahí – Contestó, Marta, entusiasmada.
Y allí comenzó una espiral de felicidad donde los dos vieron sus días colmados de cabellos al viento y roncos rugidos de moto devorando caminos de cinta asfáltica y escribiendo poemas por las noches, sobre la piel del otro, para borrarlos luego con las primeras luces del alba.
Pero, quizás fue la excesiva velocidad con que vivieron ese amor, o quizás porque la vida es así o porque nada… que vieron, de pronto, el apagar de su llama. Así como empezó, terminó. Un mal día se fue y no supo, de él, más nada.
Al día de hoy Marta guarda un buen recuerdo de ese amor. Al punto de seguir escribiendo poemas (Que no son otra cosa que la intención de dar forma material a sus deseos) donde se sostiene aún ansiosa y trémula su palabra:
“Cada momento en la vida tiene su banda sonora, esa melodía que te lleva a esas tardes de recorrer kilómetros sin rumbo fijo, solos, tu y yo, el rugido de la moto y las estrellas contemplándonos. No nos hacía falta más nada…”
En algún momento Marta se bajó del tren para esperar cual Penélope el próximo convoy que transite por la misma vía. Mantiene la ilusión de que aquél pasajero que compartió viaje en ese tramo tan feliz de su vida. Compre un nuevo pasaje y llegue hasta ella, para arrancarle con besos las soledades del alma que crecen como las malezas entre las grietas musgosas de los maderos de ese mismo viejo andén donde permanece con la vista en el horizonte y sosteniendo en sus manos, como único equipaje, un pequeño bolso colmado de esperanza.
Video relacionado: Penélope - Diego Torres
Recuerda apagar el reproductor de la pagina antes de dar play al video.
Divino y que verdad de la vida comparada con un viaje de ida, me encanto y como siempre enamorada de tus relatos!!!
ResponderEliminarMe ha encantado la historia de principio a fin.
ResponderEliminarY una vez más,éste mundo enredado de internet,demuestra que se puede hacer vívido y tan real como esa otra vida que vivimos fuera de la pantalla del ordenador.
Ojalá vuelva a escuchar el rugido de la moto viajando sobre ella.
Besos a ambos.
Siempre me sorprendes, pero hoy me has dejado sin palabras...
ResponderEliminarHas conseguido captar exactamente las emociones, los momentos vividos, y todo eso con cuatro palabras escritas con el corazón...
Simplemente eres un genio Daniel
Te quiero AMIGO
Gracias infinitas.
Marta - Sigo Soñando
Nidael, Esa es la misma historia que yo quise mandarte un día y que no he cumplido mi promesa porque aún me escuece demasiado y no tuve fuerzas para enviarte un resumen.
ResponderEliminarSe parece en lo esencial y me devolvió la ilusión durante los meses de verano, en una vida, que hay demasiado desengaño. Bien ya la has contado y es preciosa. Le diste un tinte ilusionante y sin drama y eso es perfecto. Vivir un tiempo de ilusión en medio del caos te rescata de nuevo para la vida.
Besos y feliz Navidad, Nidael.
Es Parte de la vida... Suben y bajan del tren, podremos conocer a muchos pasajeros , entablar amistad y si el trayecto es largo llegar a entablar una relación, pero no siempre se llega al final con ese alguien que le acompaño bajan antes como tu historia.
ResponderEliminarNada es eterno se dice, todo termina algún día.
Bello lo que nos compartes Daniel.
Lo importante es que tuvo momentos hermosos, aún sea por un tiempo.
Feliz fin de semana.
Besitos de Arte.
Ostras, qué historia tan fuerte... y cómo se desvaneció.
ResponderEliminarHa sido una maravilla de lectura.
Te felicito de todo corazón.
Besos.
Conocer una historia de otra persona no es complicado.
ResponderEliminarAhora bien, meterse en los entresijos de la misma y ser capaz de narrarla, como tú lo haces, eso ya es otra cosa.
Enhorabuena, Daniel.
Un abrazo.
Veo que a Marta le ha entusiasmado como lo has contado.
ResponderEliminarBien por ti.
Bien por ella.
Saludos.
Una historia de tantas que deambulan por la tierra, pero contada por ti Daniel,queda como la guinda en un pastel....Recibe un abrazo...
ResponderEliminarhola Daniel,
ResponderEliminarla historia es maravillosa, despertó esperanzas, muchos deseos de continuar. Es como cuando se recibe un poquito de miel en una cucharita, después se quiere comer más, pero aunque la miel del frasco se acabó, los deseos quedaron todavía pendientes, atentos, en fuego.
Muy lindo tu recuento
un abrazo^^
Hermosa historia con la que me siento muy identificada. Yo también tejo y destejo, quién sabe...?
ResponderEliminarFelices Fiestas Daniel, besos.
Dani: Tanto la historia,como la reflexión es totalmente cierto yo por mi parte no quiero que ningunos de mis afectos se bajen de mi tren ¿ojala pudiera ser así no? ,espero tratar de entenderlo.También quiero agradecerse porque en cada una de tus historias nos dejas un consejo que nos sirve para manejarnos por la vida. muchas gracias un beso
ResponderEliminarMe ha encantado tú manera de relatarlo. La vida es un tren donde hay muchas paradas y hay que subirse en ellas sin pensar nunca en el final del viaje.
ResponderEliminarOpino que debemos tomar el tren que se nos presenta aunque nos equivoquemos de estación de destino... siempre podemos bajarnos en otra anterior o incluso retomar el viaje de regreso a cualquier lugar donde no se ha ido nunca. Bien por Marta. Muy delicado en tus palabras, amigo. Los felicito a ambos y les dejo un abrazo
ResponderEliminarUna historia con dejos de tristeza y esperanza. Bella.
ResponderEliminarBesos.
Preciosa historia, de esos viajes que no deben de faltar, sueños y tampoco la esperanza de encontrar lo que se busca.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo navideño.
Daniel, tu idea es genial, ya que acabo de conocer una historia preciosa: Un poco triste, pero preciosa, que probablemente no hubiese conocido si tú no nos la hubieses presentado aquí.
ResponderEliminarEn cuanto a Marta, decirte que tu vida no ha acabado ahí, y que sin duda pasarán más trenes, pero no debes tener prisa en subir a ninguno. Cuando llegue realmente el tuyo lo notarás, como en su día te pasó.
No me quedaré con la curisidad de asomarme a tu blog, por lo que ahora mismo voy a ver qué cosas tienes en él.
Saludos a los dos.
Joker.
Hola Daniel, bueno lo mas acertado es tomar el tren que se te presente en ese momento, nunca sabras si es el acertado si no lo coges. Simpre podras encontrar la salida si no es el bueno.
ResponderEliminarBella historia como de costumbre.
un abrazo amigo
Näkemiin
Pienso que la vida no da ocasiones muy controvertidas, pero tenemos que ser valientes y no pensar en lo negativo que nos puede deparar, y coger el tren cada vez que pase.
ResponderEliminarMe ha gustado tu manera de relatar esta historia, les felicito a los dos.
Cuando te guste algo de mi blogs, te lo puedes llevar.
!!! Feliz Navidad¡¡¡
Un abrazo.
Me siento plenamente identificada con esta historia.. solo que yo aùn no me he bajado de ese tren, tampoco el pasajero de al lado...mmm este tipo de relaciones suelen ser inciertas, pero tambien suelen ser intensas..mucho.
ResponderEliminarGracias Marta por compartir tu bella historia.
Gracias Daniel, lo has relatado precioso.
Besos a los dos.
Pues la musica me hace sentir que de verdad la historia es bonita.. pero que si no llegas y te quedas en el andén..y pasa el tren..
ResponderEliminarotro vendrá... otro con certeza viene... no me cabe la menor duda..
siempre...
un beso amigo..
Lindo relato, muy bien escrito, los feliicito a los dos. La cancion de Penelope le va como anillo al dedo., Me encanta!!
ResponderEliminarFeliz Navidad!!
estupendo relato, muy bueno Daniel,
ResponderEliminarsaludos
Nidael, el final abierto de este relato, tiene el placer para el lector; de que puede crear su propio final. Un abrazo y felicitaciones por tu faceta de oidor y casi juglar.
ResponderEliminarUn Feliz año 2012 y unas fiestas maravillosas!!!!! Amigo. Un abrazo y mi cariño.
Mientras dure, bienvenido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Daniel por hacer el camino más fácil para los que tenemos problemas para comentar con la otra opción, y haber abierto esta ventana, mil gracias, amigo mío.
ResponderEliminarIré a conocer el blog de Marta, y es que su historia la has narrado tan bonita, que parece que hasta casi todas nos sentimos identificadas con ella.
Y es que cuando se vive con tanta velocidad el amor que así se llega a apagar después con la misma intensidad.
Un beso para Marta y otro para ti Daniel.
Feliz navidad.
Felicitaciones, atrapadora historia
ResponderEliminarFeliz Navidad y exitoso año 2012 para ti y los tuyos
Recibe un fueerte abrazo
Hola Daniel!!
ResponderEliminarLo has escrito,dándole ese cariño y dulzura que pones cuando escribes,lo has impregnado de esperanza,que podamos seguir soñando y Marta,seguramente pasará de nuevo otro tren al que reconocerás,ten confianza!!
Asombroso este mundo internauta,todo puede pasar,y se conocen personas maravillosas y se hacen verdaderos amigos,a pesar de la distancia.
Me ha gustado mucho como lo has contado Daniel!!
Un abrazo a los dos!!
Y que tengáis una Feliz Navidad!! en compañía de vuestras familias y amigos!!
he tomado nota del correo, desatiendo algunos caso y hondo en escribirte.
ResponderEliminarMis mejores deseos siempre
hasta pronto
pd. muy creativa entrada, me agradó
Querido escritor, siempre logras plenitud, serenidad y cierta magia en tus relatos que se muestran entre la nostalgia y la esperanza. Si bien está basado en una historia verídica, tu sello personal como narrador otorga una viveza al latido amoroso que colma al lector con creces. Es un placer volver a tu literatura, nunca decepciona, querido Nidael.
ResponderEliminarÚltimamente ando algo ausente de este especial universo de la blogosfera por falta de tiempo pero sí me gustaría ponerme al día con tus textos.
Te deseo lo mejor de lo mejor, que pases una buena Navidad y comiences el año sin perder ni un ápice de esa pasión que derramas sobre nosotros con tu escritura.
Un abrazo enorme.
Amigo Daniel me ha gustado mucho la historia , tienes la capacidad de estremecer y hacer sentir los relatos como si fueran secuencias de películas que adquieren vida a medida que te leemos, te felicito !
ResponderEliminarFelices fiestas navideñas con mis mejores deseos para ti y los tuyos y un próspero Año Nuevo.
Un fuerte Abrazo navideño.
Una historia con sabor agridulce.
ResponderEliminarA veces hay personas que se tropiezan por casualidad, y resulta que se complementan, pero no se sabe por qué motivo o razón el destino les aleja...
Sinceramente la esperanza es lo último que se ha de perder, y es cierto que el corazón enamorado, espera hasta el final,lucha sin medida, cual Penélope... sólo espero que su final sea mucho más feliz que el de la protagonista de la canción.
Precioso relato.
Besos navideños desde mi mediterráneo.
PD:He de pedirte disculpas por tardar tanto en llegar a tu casa... no te diré que voy pilladisima de tiempo, porque no quiero justificarme...
Así que no lo haré...
Te deseo que pases unas felices fiestas navideñas...
Un abrazo grandote y besos mediterráneos a tutti plen.
ya llega la Navidad donde compartimos alegrías con los familiares y amigos, estos días
ResponderEliminartan señalados deseo pases unas ¡¡felices fiestas!!.
un abrazo.
hola Daniel,
ResponderEliminarfeliz navidad vengo a desearte y con los brazos extendidos a recibir tu caluroso carino de amistad^^