sábado, 26 de noviembre de 2011

Paredes ensangrentadas


¡Hola a todos! Quiero contarles en esta cabecera de entrada que la nueva modalidad que adopte en mi blog para contar historias que ustedes me envíen superó todas las expectativas que hubiese imaginado para este proyecto con las historias de Rebecca y Estrella.

Ahora bien, cuando Fernando Di Filippo del blog http://letrasxletra.blogspot.com/ me preguntó:

 -“esta es mi historia… ¿Te animás a contarla?”

Luego de meditar un rato le conteste que sí. Porque después de conocer su historia no hay un vuelta atrás… para nadie… y menos para mí. Por eso este blog que está pensado para albergar poesía e historias de amor, hoy presenta una historia distinta, la de un hombre y la expectativa por su vida en horrorosas circunstancias.


Te recomiendo apagar la música del reproductor da la página y leer en silencio

Cuidado: Quiero comunicarte antes de que te aprestes a leer esta historia que la misma tiene un relato inapropiado para menores  y que el contenido  puede llegar a herir tu susceptibilidad o la de alguna otra persona.


PAREDES ENSANGRENTADAS



La gota de agua se colgó, por un momento, en el pico de la canilla, suspendiendo su sonido en el silencio antes de crear una lágrima y dejarse caer en la irremediable rutina de estrellar su chasquido contra el piso.

La canilla escondida en la oscuridad se burlaba así, con su repetido Clac… Clac… de los prisioneros, quienes dejaban que sus ahogadas respiraciones y gemidos escaparan como babosas trepando las paredes en busca de libertad, la misma que ellos deseaban, sobre las grises paredes de cemento patinadas de humedad, sudor, sangre y moho adherido.

Caía la gota…

                              Clac… la angustia.

                              Clac… la consternación.

                              Clac… el miedo.

Flotando en el aire, irrespirable, palpable, junto al olor a sangre que cala dentro de las fosas nasales y asquea, dentro de la boca, en cada papila con su gusto a caldo hediondo y repulsivo.
Fernando. Sentado en el piso y con sus manos esposadas en la espalda remueve y tensa su cuerpo al escuchar aterrado los pasos que se acercan por el pasillo…

                             Clac… el espanto…

                             Clac… el pánico…

Cierra fuerte los ojos, en un acto reflejo e innecesario porque igualmente el apretado vendaje que los cubren, no le dejan ver nada. Siente chirriar al pesado hierro del pasador abriendo las rejas para buscar su presa… Pero, en otra puerta y en otra celda… allá, al final del pasillo… Golpes…Un cuerpo que se resiste…más golpes…un cuerpo reducido es arrastrado fuera, a la incertidumbre de su destino.

Fernando pensó que pronto le tocaría a él...

¿Cuánto tiempo había pasado, desde que lo secuestraron y metieron en ese oscuro pozo de cemento?  Meses… Era difícil llevar la cuenta de los días en la purga de la única culpa que podría achacársele: Ser un joven estudiante de arquitectura y filosofía donde algunos de los compañeros de estudios acostumbraban hablar en voz alta sobre los sueños de un país mejor que el hasta entonces conocido.

¿Cuánto tiempo, en ese lugar? Ni él lo sabía, ni siquiera sabía dónde estaba. Quizás en un sótano dentro de alguna edificación erguida como cualquier otra en una ciudad donde la gente iba y venía, justificándose con sus “No sé”, “A mí no me importa” y el “algo habrán hecho” tan difundido.

Eran tiempos difíciles en la Argentina. Tiempos de uniformes verde oliva bajando de los camiones, por el día. Con borceguíes y fusiles derribando puertas y secuestrando hombres, mujeres y niños, por las noches…

Tiempos de terror…

De desaparecidos…

De madres requiriendo por sus hijos faltantes, mojando con lágrimas de dolor los extremos de esos pañuelos blancos atados en la cabeza, reclamando ante estoicos generales declamantes de discursos mentirosos en disfraz del cruel genocidio.

Eran tiempos de horror para los secuestrados/desaparecidos. Donde su única verdad era saberse muertos. Próximos a ser arrojados vivos desde aviones a gran altura sobre el mar o ejecutados y enterrados en tumbas comunes, exentas de cruces y de nombres, en lugares escondidos.

Un año duró el tormento…Imposible contar lo que Fernando escuchó, vio y sufrió durante ese encierro repleto de penurias, torturas y muertes. Muertes que no eran la suya y que, aún hoy, no sabe porqué esta vivo.

                             Clac… el horror…

Un día alguien le grito:

-¡Mira acá hijo de p…!

Obediente, de temor, se quitó las vendas de los ojos para ver petrificado como un desconocido de uniforme verde le disparaba un balazo en medio de la frente a un niño que no alcanzaba los siete años…

-¡El próximo sos vos! – Le gritó - ¡Ahora, Metete de vuelta en tu cueva!

Y en ese instante se supo más muerto, con la entera certeza de estar ya sin vida…

Pero, esa amenaza no se cumplió… Un buen día, la esperanza lo cargo en sus brazos y lo trajo de regreso a la vida. En un giro sorprendente de un acaso que nunca explicó por qué lo liberaron y mucho menos por qué lo habían detenido.

Cuando lo soltaban, se escuchaban por detrás los claques, de la canilla, incesantes y repetidos.

                              Un clac… de ilusión…

                              Un clac… de esperanza…

                              Un clac… para la vida…
...

Video sugerido por Fernando: La memoria - Leon Gieco
Acuerdate de apagar el reproductor de la página a la derecha antes de dar play al video



miércoles, 23 de noviembre de 2011

PESCADOR ATARDECIDO


Pescador atardecido



Los aromas, en el aire,
provenientes de los árboles 
se entremezclan con los vahos 
de una niebla transparente.

Y el río que nos pasa...

Sin decir adónde va...

Sin decir de dónde viene...

Rojo el sol, se nos escapa,
en carruaje atardecido, 
azuzando sus corceles,
delineando el horizonte,
con la noche que sucede.
Mientras suelta de a puñados
cotillón de brillantinas, que, 
jugando por las aguas, 
colorea la corriente.

Nuestras bocas que se besan…
nuestros brazos que se abrazan… 
nuestras sombras que se mueven...

Como un pez que fue arrancado
de las aguas cristalinas, 
en la trama de unas redes,
sorprendida y asustada,
en mis brazos te sostienes.
Hay rubor en tus mejillas, 
mil cristales en tus ojos,
Y en tus labios un... ¿Me quieres?

En silencio te respondo,
Con mis labios en tus labios.
y entre manos enlazadas 
nuestras sombras se mantienen,
en el sueño de una tarde,
donde el agua cristalina 
trajo peces a mis redes.

Y el río que nos pasa...

Sin decir adónde va... 

Sin decir de dónde viene...

sábado, 19 de noviembre de 2011

Recuerdos imborrables


¡Hola a todos! Bienvenidos a mis historias de amor. Como la mayoría sabrá estoy estrenando como nueva modalidad el que sean ustedes los blogger@s quienes me cuenten algo y yo les escribo una historia.

Este proyecto me tiene muy entusiasmado porque en cada visita que hago en otros blogs me encuentro casi siempre los mismos nombres en los comentarios.

Esto me ha hecho formarme la teoría que dentro de los miles de blogs que hay en red hay grupos que se mueve como los pájaros al volar en bandada, donde va uno van todos, así el nuestro, y esto es un concepto pleno de comunidad. Y gracias a ustedes que me han cobijado y alentado me siento miembro de esa comunidad.

Así que devuelvo en parte su aceptación y cariño escribiendo. Ya son varias las historias que me han enviado y por ello agradezco la confianza depositada en mí. Si alguien quiere participar escríbanme a nidaeldore@hotmail.com y entraremos en contacto.

Hoy, me toca publicar un relato que aparte de ser una historia de amor es también una lección de vida. La misma fue cedida por Estrella de Campoamor del blog


Quien dice de sí misma:

Mis poemas, mis historias, solo son sentimientos y pensamientos escritos por una mano, que no pretende ser lo que no es. No soy escritora ni poeta, solo quiero compartir con vosotros una parte de mi…

Quedan invitados a conocerla…

RECUERDOS IMBORRABLES


A mitad de sus tareas hogareñas, Estrella se sobresalto ante el insistente llamado del teléfono. Después de atender la llamada. Todo fue un caos:

La acentuada lividez de su rostro… Las preguntas a  borbotones desde su boca sin respuestas que las contengan… El sin sentido… El miedo… Y el automóvil que la recogió en su casa para llevarla, diligente, hasta la puerta del hospital.

Amablemente los médicos le explicaron la gravedad del accidente que había sufrido su novio. Cómo éste había salvado su vida de milagro y que pudo haber quedado paralitico. Pero que su única gravedad era una acentuada amnesia que le impedía recordar nada, ni a nadie.

El desasosiego marcó, ese día y todos los días, los pasos de Estrella sobre las blancas baldosas de los blancos pasillos del blanco hospital. Donde el ir y venir de cubrepiés, guardapolvos y cofias, también blancos, le recordaban el otro blanco, flotando en la memoria de su ser querido, provocando su penar.

¡Con cuánto dolor¡…Estrella

Pronunció te quieros para el silencio...

               Se miró en esos ojos vacios de dar…

                              Rozó con sus dedos esa boca yerta...

                                             Y escondió lágrimas para no llorar…

Un buen día que llegaba ajustada al horario de visita la asistente de sala la llamo a su escritorio por una documentación. Al verla removerse con nerviosismo en su asiento, mirando la hora, le preguntó:

-¿Por qué el apuro? Si él no se acuerda de nada y tampoco la reconoce a usted. Sin embargo, la veo llegar todos los días a cumplir su visita. Si acaso faltara hoy o mañana le aseguro que ni siquiera se daría cuenta…

A lo que Estrella respondió: 

-“¡Sí!... ¡Puede que tenga usted razón!...El no sabe quién soy yo… Pero, yo sí, sé muy bien quién es él y que significa para mí y por eso no puedo faltar…” *

La asistente la miró mientras marchaba hacia la habitación y no pudo evitar, que anidara en sus ojos la perla de una lágrima. Mientras deseaba un amor así para su vida y que ojalá le llegara hoy, o en un cercano mañana.

De pronto… Estrella despertó. Sobresaltada y sudorosa en la cama… comprendiendo que nada había pasado, que todo no fue más que un mal sueño. Una maldita pesadilla que seguía allí, destemplando sus manos que no paraban de temblar.

Cuando contó, después, el episodio a su novio este la tranquilizó diciendo que eso nunca podría pasar.
Y pasar… Pasaron los años… Ellos se casaron y vivieron felices uno para el otro. Hasta que un día…

A mitad de sus tareas hogareñas, Estrella, se sobresalto ante el insistente llamado del teléfono. Después de atender la llamada. Todo fue un caos:

La acentuada lividez de su rostro… Las preguntas a  borbotones desde su boca sin respuestas que las contengan… El sin sentido… El miedo… Y el automóvil que la recogió en su casa para llevarla, diligente, hasta la puerta del hospital.

Amablemente los médicos le explicaron la gravedad del accidente que había sufrido su marido. Como había salvado su vida de milagro. Operario de una empresa de montajes eléctricos. El palo al que estaba subido se quebró por su base haciendo que cayera desde unos 8 metros de altura y golpeara el piso con su espalda, esto sumado a una fractura de pelvis y el aplastamiento de varias vertebras al final de su columna le impedían caminar.

Se le presentaron, entonces, aquellos blancos de sus pesadillas, baldosas, pasillos, guardapolvos y demás, Convirtiéndose en las malditas sabanas, tendidas al lecho, donde un macabro destino descansa su impiedad.

Pero, él recordaba…  

Y como recordaba, su memoria empezó a guardar, desde ese día,  cada momento de esfuerzo para volver a caminar y así entre cansadores ejercicios, en muchos meses de rehabilitación, dejo atrás la silla de ruedas y un tiempo después las muletas. Y con esos primeros pasos siguió construyendo, junto a ella, un altar de amor y perseverancia que aún perdura al día de hoy. Y aunque el accidente le dejó una sería discapacidad continua trabajando en aquello que pueda hacer para sostener a su familia. Y ella se enorgullece del hombre que tiene a su lado, a quien ama con verdadero amor.

“Porque el verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, lo que será y de lo que ya nunca podrá ser.” *

¡Cuán agradecida!…Estrella…

Recibe de vuelta ansiados te quieros...

               Y de los ojos de él el suave mirar...

                              Sus labios besan esa boca alerta...

                                             Y le acuden lágrimas para llorar…
...

*Incrustación adaptada de un relato anónimo que circula en la web


Video relacionado: Puedes llegar - Voces unidas
Recuerda apagar el reproductor de la página que está a la derecha antes de dar play al video



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Con la luna en los cristales



CON LA LUNA EN LOS CRISTALES



Con la luna en los cristales
                                                                
Por las noches...

cuando calla el ruido diurno,
bajo un manto de rocío,
a la hora de la nada.

Por las noches...

cuando baña a nuestro cuarto,
traspasada la ventana,
una luna encristalada;
te descubro irreverente,
de tu ropaje de cama, despojada,
como ofrenda a un dios lujurioso y sensual.
El deseo en tus ojos sobreardiendo tu mirada
y el ritual...

Deseada:
te estremeces,
como hoja que en el árbol
ante el viento del otoño
se resiste a ser tomada,
                                                                                                    
Abrazada:
enloqueces,
como aguas cristalinas
que se agitan invadidas
por cardúmenes de peces,
                                                                                                        
Y agotada:
desvaneces
como cisnes cuellilargos
agitando su plumaje
espantados en bandada,

Para luego...
Apagada,
ser ceniza
esparcida por el viento, no ser nada...
solamente una sonrisa
adormecida en mi almohada.

Por las noches...

cuando baña a nuestro cuarto,
traspasada la ventana,
una luna encristalada;
te descubro irreverente,
de tu ropaje de cama, despojada,
como ofrenda a un dios lujurioso y sensual.
El deseo en tus ojos sobreardiendo tu mirada
y el ritual...

Por las noches...
Por las noches...

Por las noches...
con la luna encristalada...

sábado, 12 de noviembre de 2011

ANIMADOS ESCAPARATES


¡Hola a todos! Antes de esta nueva historia unas pocas palabras:

Hace poco decidí que los días miércoles iba a publicar poemas porque esa era la razón de ser de este blog. En algún momento las historias de amor que fueron tan bien acogidas por ustedes se han convertido en el Leitmotiv de este espacio y aunque este hecho me llena de satisfacción debo confesar que me cuesta bastante cumplir con ello.

Agradezco infinitamente a cada uno de ustedes los comentarios para mi última historia “Gatos sobre el tejado” En uno de ellos Fernando di Filippo del blog Había una vez me comenta

FERNANDO DI FILIPPO – HABÏA UNA VEZ dijo…
          Cuál es el límite de tu imaginación ????
          Excelente.!!!!!!!!!
          Un abrazo

A quien le contesto: - Hace tiempo, lo pasé Fernando. –

En verdad se me hace difícil escribir una historia nueva para cada sábado, cuatro al mes. Si bien al principio tome retazos de vida de personas muy cercanas como argumento. Se me fue agotando ese caudal a medida que publicaba y hoy ato con cuerdas las agujas del reloj para llegar a tiempo y publicar.

Por eso puse especial atención al comentario de una bloggera  a la que sigo y me sigue desde mis comienzos y de la que puedo dar fe de su calidad como persona, Lo entrañable y necesaria que se siente su amistad y la fidelidad que demuestra visitando y comentando otros blog con una marcada frecuencia. Alguien que para muchos de ustedes es más que conocida

REBECCA – SUEÑOS DE AMOR dijo…
Hola Daniel
          El mundo mágico de Daniel es maravilloso. Un lugar para soñar y donde
          estos sueños se hacen realidad. Si me escribes una historia así como
          esta, Donde yo soy la protagonista y todo sale bien. Me sentiré muy
          emocionada…
          Un abrazo

Nota: Quizás sea momento de inaugurar con Rebecca una nueva costumbre.
Si alguien se anima a contarme un pedacito de su vida donde brilló el amor o se vivió un romance, o se tiene algún  recuerdo prendido al pecho o un sueño por cumplir. Simplemente me lo cuentan en un e-mail, a su manera, y me lo hacen llegar a:


Y me encargare con mucho entusiasmo de escribir una nueva historia.

Dicho esto les  entrego esta nueva historia para que la disfruten... 
...y a ella su rendido homenaje.



ANIMADOS ESCAPARATES



A través de los cristales de los escaparates se podía ver hacia fuera donde el hollar ruidoso de la gente, en regreso hacia su casa, y los colores tenues de la tarde, se apagaban. Dentro de la boutique, una última clienta retiraba las bolsas con su compra, abonando su factura en la caja.

Junto al soplo suave de una brisa recorriéndole la espalda. Rebecca presintió que alguien desde afuera la observaba. Fue suficiente un medio giro de su cabeza para que sus ojos se cruzaran con aquellos que la miraban. Una mirada que duró apenas un instante, una fracción de segundos, un casi nada. La masculina figura desapareció, de pronto, cruzando la calzada.

No fue al momento, sino después, que ella reaccionó al episodio. Esos ojos se le presentaban conocidos. El “Deja vú” de un recuerdo borroneado por el tiempo. Un camino recorrido. Un mar donde hubiera naufragado. Jugó con su memoria entre pasados amores y no encontró ninguna huella comparable, ni el atisbo de Eureka, ni un indicio destacado. Regresando bien atrás en ese repaso retrospectivo recordó su juventud…

Quince años. Verdaderamente, llamaba la atención:

Los campos dorados de mieses maduras de pleno verano le habían cedido el color y los reflejos gualdos que habitaban en su cabello. Las nubes, altas y claras, derramaron su albor para el diáfano de su piel y el cielo, celoso de todo esto, dejó escapar un par de lágrimas para que se convirtieran en sus pupilas en el fulgor azul de su mirada.

Era la fiesta de entrega de los diplomas  de Bachiller. Una amiga le presentó a su hermano. Fue verse y enamorarse. Iban juntos a todos lados, inseparables. Ese amor de juventud que se prevé para toda la vida.. Una risa entre dos por cada díay cada día una salida: Dos perritos frente a un helado. Manitos en el cine y una sola sombra estirándose en la vereda al caminar abrazados bajo el sol de la tarde.

Y ella se entrego a ese amor de juventud con el ímpetu de un pimpollo que se abre con ansias tras la promesa de llegar a flor, suave, sumisa y confiada.

Pero. Una tarde. Un fin de semana, ella llamó por teléfono a la casa de él y su amiga le develó la infidelidad. Fue corriendo a la discoteca donde suponía que estaba, se le paró delante, ignorante por completo de quien le acompañaba, y descargo toda su furia frente a su cara, terminando así su relación. Nunca más supo de él. La vida los llevo por distintos caminos. Se sentía extraña por recordarlo…

Rebecca exhaló un largo suspiro al abandonar este recuerdo y una lágrima se colgó de sus pestañas despertando la mirada atónita y el chisme de las prendas que se lucían en las perchas. Una pollera añil se aliso las tablas cuando un saco Spencer le guiñó un ojal a través de los flecos de una mantilla bordada. Mientras las camisas levantaban puños señalando hacia fuera sin que ella se diera cuenta de nada…

Echó una mirada a su alrededor. No le había ido mal en la vida. Hasta podía decir que tenía éxito en la vida. Su casa. Su negocio y todo lo que tenía lo había logrado con tiempo pero bajo el imperio de su propio esfuerzo. Solamente el amor le era reacio. Sus pocas historias habían pasado sin desfiles ni fanfarrias. Sin nostalgias. No habían dejado nada para recordar.. Solamente un montón de versos tristes colgados en las entradas de un blog que ella misma administraba.

Era noche ya. Bajo la pereza estiraron sus mangas las camisas. Las chalinas empezaron a bostezar. Ella apagó de a una las luces interiores. Bajó las pesadas rejas. Coloco el candado y echo a andar

Pero. Si en ese mismo momento Rebecca cruzara la calle se encontraría de frente con ese hombre de misteriosa mirada. El mismo que cada noche, al cierre de la boutique, acude con flores que se marchitan en sus manos junto a un - ¡Perdón! – de muchos años, y un  -“Te quiero” … que no se atreve a pronunciar…


Video relacionado: Heleno - La chica de la boutique
Acuerdate de apagar el reproductor de la página antes de dar play al video




jueves, 10 de noviembre de 2011

UNA LÁGRIMA (Reedición)

UNA LÁGRIMA




Hay veces que la relación entre padres e hijos se torna dificil
Luego de una desavenencia de unos meses, mi hija y yo nos reconciliamos con un gran abrazo que nos hizo soltar algunas lágrimas. 
Justamente a ese momento dedique estos versos que aparte de las menciones recibidas, por haberlos escrito a mi ángel, ocupan un lugar muy especial en mi corazón.
Hace tiempo que duermen en una página escondida del blog, por eso hoy decidí darles luz nuevamente.

A mi hija Natalia:


UNA LÁGRIMA

Desde el preciado momento en que caía 
embriagado de amor la contemplaba.
Y cuando, de tus ojos, se alejaba,    
de cristales y nácar, se vestía. 

                         Mientras tanto en tu rostro se veía.                        
el plateado hilo que tras si dejaba
Ya, mareada en vértigo, se asomaba
al destino incierto que presentía.

Titubeó un instante... y con valentía
dio su beso a tu labio que temblaba,
y se arrojó al abismo, entregada.

A muy poco de nacer... ya moría
esa lágrima... que por mí corría,
pues me oyó decirte...¡Cuánto te amaba!.