sábado, 28 de abril de 2012

MENTIRAS COTIDIANAS



Quiero agradecer a RoB Dangal TV que haya tenido la deferencia de nominar el Blog de Nidal Doré para participar en los premios Rob Dangal TV 2012.



"Hola Daniel!! 
Tu blog ha sido nominado para los “Premios RoB Dangal TV”… Invitamos a quienes te siguen a que también envíen su voto, para respaldar tu nominación y/o la de otros blogs que merezcan ser galardonados. Estás son las bases para quienes deseen votar: Para participar de la elección sólo debes enviar un mail a rob.dangal.tv@gmail.com con tu voto, pudiendo nominar hasta un máximo de 3 blogs. Tienes tiempo de hacerlo hasta el día 5 de mayo de 2012. No serán computados los votos que se hagan a favor de un blog propio, ni tampoco a favor de blogs que estén inactivos desde el 1 de enero de 2012. Los galardones a entregar serán de acuerdo a la cantidad de votos recibidos por cada uno, a saber: 3º lugar, “Blog de Oro”; 2º lugar, “Blog de Platino”, y para el 1º lugar, “Blog de Diamante”. Una vez más, gracias por participar y suerte para todos los que sean nominados. RoB Dangal TV (Music Television)"

Es un honor. Gracias por seleccionar mi blog.



MENTIRAS COTIDIANAS



La luz de la luna se coló por la ventana pintando reflejos en las blancas paredes de la habitación y sobre los muebles, la alfombra y la cama, revelando sin permiso las entristecidas arrugas de desveladas sabanas. Hoy convertidas en dunas de algodón pobladas de ausencias y cobijando al vientre el compungido oasis de un pozo de lágrimas, brotando desde lo más profundo de la desesperación.

Karina, Acostada, con los ojos brillantes por la humedad del llanto, observó con pausa la fotografía masculina que, sobre la mesa de noche, daba pie al velador. Una sonrisa enmarcada le devolvió la mirada provocándole sentimientos de rabia y rencor.

Se puso de pie para abrir los cajones. Sobre los pañuelos dejo caer sus ¿Por qué? sin respuestas.  Y al acariciar las camisas, de él, las reconocieron sus dedos y soltaron los mismos botones, conocidos en ayeres, mostrando el vacío donde antes estaba el  escondido remanso de su piel. Entonces… la tela azul flor lisiada de un pijama, saltó sobre ella, arrojándose entre sus brazos y confundiendo nostalgias con vuelta a querer. Ella lo apretó contra su pecho cerrando los ojos para embriagarse de su perfume, recordando pasados momentos íntimos, en ese mismo cuarto, en otras lunas, cuando era feliz y no había dolor. Con la voz, de él, susurrándole al oído las mismas repetidas palabras, noche tras noche, con las  mismas  mentiras, que simulaba creer.

Pasados momentos donde manos alfareras modelaban su carne entre caricias y el peso inconfundible de su cuerpo aprisionando a su cuerpo entablaban luchas empatadas, sin cuchillos ni espadas, de donde los dos salían heridos y vencidos después del placer.

¡Por fin! Le había dicho… ¡No!.  A tantas adulteradas palabras…a esa voz sin compromisos… a la cita constante de un “Quizás mañana” mintiendo consuelo y contención.

Karina. Cerró los cajones y fue a la ventana, le habló a la noche de su dolor. Ésta, apiadada, parpadeó estrellas, sonrojó la luna y para abrazarla lleno de sombras el jardín, la casa, el cuarto y todo, a su alrededor.

Fuera, en la calle, la solitaria luz de una farola atenuó su brillo entre tristezas. Y el asfalto frío de la vieja calle remarcó los pasos por donde él se fue, caminando despacio sin voltear la vista, sin dejar palabras, sin decir adiós.

Le había dicho…  ¡No!. A todas esass mentiras… a tantas falsas promesas de amor… a la procesión doliente de camas vacías, durmiendo soledades, ausencias y dolor.

Abrazada al pijama, bailó por el cuarto, mientras llovía en su corazón y la tela azul absorbió cada una de las lágrimas que derramó. Porque, muy en el fondo, sabía que, esta separación, duraría hasta el día en que él regresara… y la llame a sus brazos… con el mismo hipócrita y mentiroso… ¡Hola, mi amor!


Thalía - Equivocada
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sábado, 21 de abril de 2012

EL SEXTO MANDAMIENTO


EL SEXTO MANDAMIENTO (*)



Los ojos de Lourdes permanecían fijos en la mancha de humedad que se destacaba en el techo. Por momentos le semejaba un murciélago con alas extendidas, por momentos un dragón vomitando fuego y otras veces un grifo de afiladas garras. Le bastaba, para verla cambiar de forma, una sola y simple pestañada.

Soportó cada uno de los embates del cuerpo que la acometía, fría e indiferente, hasta que un último gemido, ajeno a su garganta, decidió morirse en sus oídos como muere, exhalando su hálito de vida, un jabalí salvaje herido de muerte, por afilada y certera flecha, en un cerrado coto de caza.

Escapó, entonces, del peso sobre su cuerpo y, poniéndose de pie, se dirigió hacia el sanitario envolviendo su desnudez con los extremos del lienzo de la cama. Dejando tras de sí, al caminar, las caricias muertas de una estela de sábanas blancas.

Atrás quedó en el lecho la figura masculina sin siquiera pronunciar palabras que, como único epílogo del acto consumado, encendió un cigarrillo soltando al aire largas volutas azuladas.

A los primeros pasos se arrebataron de llanto los ojos de Lourdes. Le embargaba un sentimiento profundo de culpa y vergüenza. Roto el cordel del collar de sus lágrimas  rodaron, desde la severa palidez del rostro, hasta el suelo, un manojo triste de perlas saladas.

Frente al lavatorio se acusó al espejo, devolviéndose insultos e injurias en el filo oscuro de su torva mirada. Abandonando el lienzo, penetró en la ducha y al girar del manillar dejó a su piel estremecerse bajo el generoso chorro del agua…

El jabón buscó la esponja. La esponja se llenó de espuma. La espuma recorrió sus brazos, su pecho y su espalda y frotó su intimidad hasta que la sintió arder como encendida brasa. Se frotaba con fuerza como queriendo arrancar la culpa que le pesaba al alma.

¡Maldita la hora en que accedió a la entrega!... ¡Tantos años de virginidad guardada, para ofrecerla y perderla, así… sin un ápice de placer, de sentimiento, de nada…! Y a pesar de haber consentido el encuentro se sintió sucia y violada.

¿Por qué, nunca nadie le advirtió que para que tenga magia ese momento, debería haber amor entre los dos que se liaban y que no basta el encierro apretujado de los brazos ni el humedecer con sudores los entre pliegues de una cama?

Sí le dijeron: ¡Dale!... ¡Proba!... ¡Anímate!... ¡Todas lo hacemos!... Y la curiosidad pudo más y ese “Todas…” la empujó a decir sí a una petición que, la hiciera quien la hiciera, tuvo, para otros, una respuesta denegada.

¡Tantos años de misa y catolicismo! ¡Tantas horas de Biblias abiertas entregadas a la marca roja de una cinta y al resaltador amarillo en los textos llamativos de las páginas!...

Y recordó…

(*) 6º: No cometerás actos impuros.

 ¡Justo ella, maestra catequista de su iglesia y que en la coral del domingo era de las cinco, la del medio, cantando sobre la primer grada.

Mientras se enjuagaba, su mente, intentó justificarse pensando que, a esa misma hora, en distintas partes del mundo, algunas cerca otras más lejos, al momento que ella lo hacía infinidad de desconocidas mujeres también retozaban. Pero, esto en vez de mitigar su culpa la hizo sentir parte de una gran orgía globalizada por lo que comenzó nuevamente a enjabonarse con más fuerza todavía, tanta que comenzaron a marcarse en su piel grandes manchas rojas como estigmas delatores de su atormentada falta.

***
Koko – Bolero para una virgen
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martes, 17 de abril de 2012

PUERTOS DE ESPERANZA (En voz de Jorge del Nozal)

El interactuar entre blogs sabe traernos algunas sorpresas. Hace poco tiempo encontré en mis visitas a otros blogs unos poemas recitados con una voz que me impresionó al momento de escucharla. Con entusiasmo visité el blog http://duendepoeta.blogspot.com.ar de Jorge del Nozal y me agregué a seguirlo y le pregunte si era posible que grabara algo mío, atentamente accedió y este es el resultado. A la derecha del blog amplio información sobre este gran artista que abarca varias de las artes.  
Tengo por este poema una alta estima porque detalla el momento en que despues de un largo periodo de soledad conocí a Liliana mi actual pareja quien me ha regalado doce hermosos doce de felicidad. 

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PUERTOS DE ESPERANZA (En voz de Jorge del Nozal)


                                                                                       
Te esperaba…
caminando en el tiempo, cada paso a cada son
con un nudo en la garganta y las sienes escarchadas, en un puño el corazón,
Fueron años, fueron meses y sus días atrapados en ausencia del amor,
esperando... esperando...
bajo cielos emplomados de tristezas y dolor.

Aún, recuerdo el caminar…por las tardes, frente al mar.
El crujir de los maderos en vacíos muelles viejos,
el volar de las gaviotas, cortesanas de barcazas, bogavantes a lo lejos.
El silbar entrecortado, largo, triste y desolado, de una canción marinera.
Y el rumor de azules olas que, golpeando los pilotes, preguntaban por mí espera.

Escribí a no sé dónde, pregunté a no sé quién, pero... nada.
Observando el horizonte... formó nubes mi mirada,
Se empañaron mis ojos… trajo lágrimas el llanto al parir de algún gemido,
cuando el ceño acongojado le dio marco de respuesta a mi rostro entristecido.

Una tarde, cierto día: Tú… llegaste

Nunca supe desde dónde, ni en cual barco, ni en qué vía,
sólo sé que tú llegaste,
con tus sueños en las manos, el amor a flor de labios y en tu rostro la alegría,

Y ¡Me amaste!

Aún, recuerdo el caminar...
¿Qué del llanto de mis ojos?... Simplemente... sal del mar.

                                                                                         Nidael Doré

sábado, 14 de abril de 2012

CON LOS OJOS VENDADOS



Hace un tiempo decidí escribir una serie de historias de amor famosas de mi país
La que presento hoy es conocida internacionalmente y espero sea del agrado de todos.

CON LOS OJOS VENDADOS



(Buenos aires, Domingo 12 de Diciembre de 1847)

Se evapora el rocío que abraza jardines y plazas. Un perfume a lirios ennoblece el aire  alborotado con el canto de las calandrias y el llamado a misa de acompasadas y domingueras campanas.

Camila. Llega adelantada a los feligreses que en la explanada se apean de volantas y carruajes y espera callada en la primera fila de la hilera de bancas, Con manos temblorosas, de una en una, recuenta las perlas de su rosario donde el crucifijo de plata es testigo silencioso de cuando a su rostro le acuden las sombras del drama. De rodillas, penitente, observa de reojo hacia la puerta de la sacristía que permanece entornada…

Intentará ser la de siempre, serena, altiva como corresponde a una joven dama patricia y encumbrada. El velo sobre su cara le esconderá en parte el rubor delas mejillas y, de un ser delirante: la encendida mirada.

¡Ah! ¡Quien pudiera aliviarle la carga que su pecho guarda como oscuro secreto!…Incontable… Inconfesable…

¡Ah! ¡Si tan solo pudiera desechar sus sentimientos de amor como quien arranca raíces limpiando la hierba buena de espinosas zarzas!... Irrealizable… Impensable…
¿Y qué…? De su familia si se enterara…

¿Y qué…? De la sociedad intolerante y arcaica…

Con la vista sobre el piso, ve llegar los pasos del párroco, con los finos dedos de sus pies apretados entre las tiras de tucumanas sandalias, Andando por debajo de los hábitos se paran frente a su banca, Lentamente levanta su vista hacia él y en el cruce de los ojos, Una llamarada, que nadie ve, salta surcando el aire atormentando aun más el fuego aquel que les abrasa el alma.

Con lágrimas en los ojos, recibe la hostia y adentra en su boca la rodaja del ázimo pan deseando sentirlo a él, nuevamente…Cada una de sus queridas y encendidas  palabras… Cada uno de sus furtivos y amantes besos… En cada noche, de amor sacrílego, donde sus cuerpos se embriagaban en desnudez navegando juntos un mar de deseos hacia el horizonte de la mañana, dibujando estelas de pecados y faltas, en viajes malditos que acrecentaron su amor y los condenaron a la vista de la iglesia, de la sociedad y de todos, en un rechazo total a la salvación de sus almas.

Hoy mismo huiría con él… Lejos…Muy lejos…Adonde pudieran ser felices los dos, sin más nada. Ni nadie que los separara…
Así fue como Camila con tan solo 20 años dejó que el amor guiara sus pasos, sin importarle, siquiera, si marchaba hacia un futuro feliz o hacia un desenlace fatal, de huidas, persecución y sangre, que les reclamaba…

***

(Buenos aires, Viernes 18 de Agosto de 1848)

Un paño negro les vendó los ojos. Se elevó en el aire el trueno de la descarga  y el rojo sangre dibujó las flores, tantas como impactos de bala acertó la fusilada. Yacieron los cuerpos, uno junto al otro, inertes, con la venda en los ojos, que aunque les impidió mirarse en los últimos minutos no evitó el  llamarse a gritos entre el tronar de las balas…

…Quizás quiso Dios, al ver ese amor que se profesaban, arrebatarlos de las puertas del mismísimo infierno para llevarlos consigo a su propia morada.

***

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sábado, 7 de abril de 2012

PALABRAS DE AMOR


PALABRAS DE AMOR



Vanessa vive en un pueblito frente al mar, donde, en cada amanecer, el sol emerge de entre las aguas secando su cara mojada con largas toallas de color naranja. Uno de esos pueblos que salen impresos en las postales sin poder igualar lo que la vista alcanza…

Una verde hierba circunda  la arena y ciñe por el talle a las dunas que se dejan arrastrar por el viento, entregadas.

Acantilados enhiestos, desertores del llano, alzando al cielo sus puños de roca, que atrevidos y rebeldes se levantan.

Mientras  en el bajo más bajo, la arena rasa, recibe el romper de las olas en recreo de gaviotas y molino de caracolas, para convertirse  finalmente en playa.

Allí, un sendero sinuoso  invita a los pasos a recorrer el camino hasta arribar al remojo de los pies en la espuma del agua.

Vanessa cada madrugada, con los ojos perdidos en el horizonte se embarcaba en sus sueños de amor y esperanzas. Con sus jóvenes años estaba abierta y lista para conocer el amor, pero este se demoraba llenando de silencios su vida solitaria. A más, de los tres muchachos que vivian en el pueblo postulando en su mente el único que a ella le gustaba ni siquiera le hablaba.

Una mañana algo cambió: Mientras caminaba en la playa, el desvanecer de una ola arroja una botella al final del dibujo del hollar de sus plantas. La recogió con curiosidad advirtiendo un papel en su interior. Fue solo quitar el corcho para que los poemas más dulces que haya leído escaparan al aire como mariposas alborozadas aleteando y posando sus cabellos, sus oídos, su cara, con caricias y besos en cada palabra. Y regresó por más… al otro día, al día siguiente, y todos los días. Y las botellas con poemas fueron llegando misteriosas y puntuales llenando su vida de alegría y mimando su alma.

La hacía feliz el que alguien en algún lugar quién sabe dónde  escribiera poemas que flotaban en el mar hasta llegar a ella traídos por la marejada. Con brazos en alto danzaba  dentro del romper de las olas y coreográficamente la acompañaban improvisados ballets de espuma blanca. Se dejaba caer, luego, sobre la arena para permitir que el mar, cómplice de su alegría, la acariciara con sus manos de agua.

Al principio no le importó la ausencia de nombres para créditos de las palabras. Pero, después, dibujó corazones sobre la arena húmeda con interrogantes signos para el “Se aman”.
Al pasar de los días su inquietud aumentó: Quería saber quién los escribía, conocer su nombre, su rostro, en que parte del mundo estaba ese ser que la enamoraba. Por eso hoy, en una nueva mañana, esperaba anhelante que una nueva botella se rindiera a sus plantas.

Un poco más allá, apenas cien metros más adelante, en lo más alto del acantilado, escondido de su vista, arrojaba una nueva botella al mar, mirando que Vanessa la recogiera, el joven que tanto le gustaba. Entregando a un indefinido mañana el descorchar de su timidez para escanciarle al oído esas mismas palabras que llenaban sus poemas y poder así rebasar con amor las copas de su alma.

Quenn – Las palabras de amor
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domingo, 1 de abril de 2012

Boleto de ida


BOLETO DE IDA



Se les fue el amor. Ninguno de los dos sabía el por qué ni hacia dónde. Pero, así fue. Un día cualquiera tomó sus cosas y se marchó, caminando por veredas vacías con la cabeza gacha contando baldosas para evitar el llanto de una despedida, dejando tras de sí corazones rotos y lágrimas perdidas.

Dicen que lo han visto viajando junto a los paraguas, que olvida la gente, en el último asiento de los tranvías.

Susurran que lo han visto sangrar junto a las gotas de sangre que suelta la mano al sujetar los ramos de rosas marchitas

Murmuran que lo han visto mendigar entre cartones viejos, tirados al piso, al doblar de alguna esquina.

Comentan que va por ahí preguntando  por solitarias almas que necesiten de él para llenar con su luz el gris de sus vidas.

Cuchichean que se embarcó en el tren que entremezcla destinos apretando en sus manos un boleto de ida.

Pero… ¿A dónde se va el amor cuando se va? Acaso…¿Tiene algún lugar, un destino fijo, dónde irlo a buscar? Se esconderá de todos para vivir asceta en una cueva en la montaña o en una perdida ermita. O será que, simplemente, se retira a morir en cementerios ocultos como los elefantes y las aves heridas.

Belinda, intentaba pronunciar un adiós sin lastimarlo. Pero sabía que era inútil, el daño sería grande e irreversible. Tan solo rotas palabras salían de su boca cayendo sobre el piso, triza tras triza.

Y a mitad del discurso… con enmudecido llanto. él  respondió con silencios y una solitaria lágrima  que escapó de sus ojos y dejó rodar, lentamente, por su mejilla. 


Playa Limbo - Asi fue
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